martes, 13 de julio de 2010

POR LOS TERRITORIOS DEL BURNEY


Escribe en exclusiva para el blog:

Ramón Arriagada

Sociólogo (U de Conce.) y escritor


Recién los magallánicos estamos escuchando de los vastos y despreciados territorios ubicados en el Archipiélago Patagónico. Ahí un lugar llama nuestra atención; en los mapas lleva por nombre Península Muñoz Gamero. Son los hermosos cerros nevados, que los natalinos podemos observar, desde las partes altas de nuestra ciudad, hacia el poniente y bien al fondo.

El siempre inquieto Penchi Buzolich, profesor y naturalista, un D’Agostini en nuestros días, me enseñó un día diáfano a ubicar la figura altiva del desconocido Monte Burney, descrito en derroteros de nuestra Armada como una alta cumbre “a 1750 metros de elevación cubierta de nieves perpetuas; pero, su cima es raramente visible”. Es posible no se deje ver por esconder oscuros y destructivos propósitos.

El “ Burney” es un volcán, junto al “Reclus” (arribita del Paine) y el “ Hudson” (Chaitén), dicen los vulcanólogos, forman el cinturón de fuego de la Patagonia. El imponente volcán está en la Bahía Muñoz Gamero. Por el poniente la península del mismo nombre, está bañada por el temido Canal Smith, tumba de incontables barcos que en su navegación desde y hacia Punta Arenas, tuvieron el infortunio de enfrentarse a sus quebrados recovecos. Ahí quedaron para siempre el “ Moraleda”, el vapor alemán “Louise”, el “ Hermia” ( 1887), el inglés “Hazel Branch”, el sueco “ Magda” y en 1965 el chileno “Recreo”.

El ver en el Paso Shoal el gran mercante norteamericano “Santa Leonor”, lanzado violentamente sobre la costa es un espectáculo sobrecogedor. Desde sus bodegas fueron “raqueados” alimentos para finos paladares, vendidos a bajo precio, que hicieron las delicias de los natalinos en el año 1968.

Esa parte de nuestro territorio, tiene historias humanas dramáticas de poblamiento. Tumbas en sus orillas de mar y bahías, hablan de encuentros violentos entre indios alacalufes con cazadores de lobos marinos y nutrias. Hay fuentes inagotables de fuerzas geotérmicas que vienen de la base ardiente del gran “Burney”; en el futuro transformables en atractivos lugares para el turismo termal.

Resulta, por tanto humillante, para este regalo de la naturaleza, que el Estado de Chile se haya desprendido de 55 millones de pesos para iniciar un estudio de sus potencialidades. Los dineros otorgados, son equivalentes a lo que va a gastar un nuevo rico, este fin de semana, para celebrar los 15 años de su simiesca e histriónica hija, en la capital de este lindo país con vista al mar.

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