martes, 25 de junio de 2013

PUERTO NATALES: HISTORIAS DE LEJANÍAS Y PORFÍAS



Escribe : Ramón Arriagada, desde Ultima Esperanza

La actual región de Magallanes en su administración, para Chile, siempre fue un Territorio hasta el año 1933, cuando sus habitantes tienen la posibilidad de elegir un representante ante el poder legislativo, el diputado Manuel Chaparro Ruminot. La disposición constitucional de aquellos años, cambiaba la nominación administrativa de Territorio por provincia.

La Región de Magallanes, ésta parte tan lejana del territorio nacional, también la más desconocida, ha estado dividida en cuatro provincias; bautizadas con nombres que traslucen desafíos mar y de tierra: Ultima Esperanza, Cabo de Hornos, Magallanes y Navarino; Puerto Natales es la capital de la primera.

El navegante español, Juan Ladrilleros, en el año 1558 fue el descubridor de estos parajes para la loca geografía de nuestro país. Hay un relato impreciso que se ha ido repitiendo; se le atribuye al nauta, el haber dado la nominación de Ultima Esperanza a estos territorios. El año 2005 publiqué un libro sobre Ladrilleros, luego de haber recopilado una vasta literatura sobre el personaje. Doy fe, luego de haber revisado con cartografía moderna, sus derroteros, no hay tal bautizo, no obstante que en su infructuosa búsqueda del Estrecho de Magallanes su entrada hacia los canales, donde hoy se levanta la ciudad de Puerto Natales, no fue la culminación feliz de su viaje.

LAST HOPE

Lo cierto, la nominación viene de la toponimia de los peritos ingleses de la “Adventure” y la “Beagle”, quienes estuvieron realizando labores de levantamiento entre 1826 y 1836. Buscando comunicación con el Fiordo Skyring y como “última esperanza” para llegar a un canal de unión se aventuraron por los territorios del “Last Hope” ; desde un monte del lugar visualizaron vastos campos con abundantes pastizales, que bautizaron como “Plains of Diana”. A dicho lugar llegaría el oficial de la marina alemana Herman Eberhard, en la primavera de 1883, con la autorización del Gobernador de Magallanes Manuel Señoret, para iniciar el poblamiento del sector.

La autoridad chilena, residente en Punta Arenas, que apoya a todos quienes piden autorización para establecerse en los parajes de Ultima Esperanza; tiene el mérito de haber impedido que colonos autorizados por el gobierno argentino, tomen posesión de estos territorios. Serán de Chile en los futuros arbitrajes, por el factor denominado “soberanía por presencia”. La mayor parte de los “pobladores chilenos” son ingleses, alemanes y franceses. Para 1904 los había en una cantidad de 600, todos ellos muy prósperos aprovechando la generosidad de los parajes australes.

POR LOS DOMINIOS DE LA EXPLOTADORA

El centralismo ignorante y corrupto con el visto bueno de Germán Riesco, por entonces Presidente de la República, da paso a una certera maniobra de expropiación de los colonos de Ultima Esperanza. En remates de arrendamiento fraudulentos fraguados entre ministerios y traficantes de influencias son rematados todos los territorios el 15 de marzo de 1905, llegando a manos de la transnacional inglesa Duncan Fox. De las 350.000 hás son expulsados los pobladores, que habían posibilitado en el Laudo de 1902, reafirmar soberanía en territorios olvidados y abandonados por los propios chilenos. La suerte quedará sellada y Ultima Esperanza pasará a ser concesión de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego; sociedad capitalista de la tierra que actúa como propietaria del latifundio más extenso del continente sudamericano.

La hoy ciudad de Puerto Natales, fue fundada legalmente en tiempos de la presidencia de Barros Luco, el día 31 de mayo de 1911. La necesidad era tener un centro administrativo del Estado de Chile en aquellos territorios, donde se desarrollaba pródiga la ganadería lanar y la industria relacionada con las exportaciones de carnes y lana hacia los mercados europeos. A partir de 1915, los frigoríficos establecidos y la crianza del ganado, requerían mucha mano de obra. Por todos los territorios de la Patagonia merodeaban en aquellos años, aventureros europeos, provenientes de países inmersos en los afanes de la primera guerra mundial. Muchos jóvenes dispuestos a vender su fuerza de trabajo lo único que poseían, al mejor postor.

Pero los más numerosos siempre fueron los trabajadores chilotes. Sin su aporte a la colonización de los nuevos territorios, tanto en Chile como Argentina, la Patagonia hubiese sido una empresa frustrada. Vinieron de un territorio conquistado tardíamente por Chile, dejado en el olvido por los gobernantes. Es muy gráfica la apreciación del fenómeno migratorio hecho por Nicasio Tangol… “ Tal indiferencia de los conquistados tenía una razón telúrica; al chilote no le atraía el continente, todo su mundo estaba en su querido archipiélago y desde éste al extremo sur”. Dimensionando este fenómeno, las poderosas empresas de la tierra, instalaron oficina de enganche de mano de obra chilota en los principales puestos del archipiélago.

TERRITORIOS PARA HOMBRES SOLOS

La fisonomía de los nuevos núcleos de población de la Patagonia es común. Puerto Natales no es la excepción. Una gran actividad comercial y trabajo febril desde octubre a marzo ya sea en los frigoríficos como en los campos. Pero con predominio de hombres solos; a la gran empresa de la tierra poco le importaba la radicación de las familias.

Las condiciones de vida no eran buenas, el transporte por barcos manejados por socios de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego, no eran abordables, por los precios cobrados, a pasajeros pobres. Esto último redundaba además en el precio de los alimentos. En las relaciones laborales, los empleadores eran inflexibles en cuanto a producir el máximo de plusvalía. Pero no llevaron al trabajador al grado de sumisión de los campesinos de la zona central del país; los obreros de campos y frigoríficos tenían organizaciones sindicales fuertes. La FOM (Federación Obrera de Magallanes) en su mejor momento controló cerca de 10 mil socios, contando con diarios, cines, bibliotecas y bienestar solidario. Todos los años discutían lo pliegos de peticiones y las condiciones de seguridad en el trabajo con los patronos.

Puerto Natales, para 1920, registraba una población de 1.500 habitantes. En tiempos de la esquila y producción de frigoríficos doblaba su población. Muchos de los llegados, alojaban en las llamadas “pensiones obreras”. Abundaban los prostíbulos y cantinas y las condiciones urbanísticas no eran las mejores; alumbrado público con faroles de parafina, sin alcantarillado y agua potable. Como no existía un ente municipal, todo adolecía de falta de regulación. La educación estuvo a cargo de los Salesianos, congregación de mucha presencia en la Patagonia. Para llegar a Punta Arenas, sólo era posible por caminos argentinos. El mejor transporte tanto a Puerto Montt como a Punta Arenas era el marítimo.

TENSIONES Y REBELION TIRAPIEDRAS(*)

La naciente ciudad, el 23 de enero de 1919, fue escenario de un violento enfrentamiento entre los operarios de los dos frigoríficos que funcionaban en Puerto Natales y los carabineros aliados con el personal inglés. Las beligerancias llevan a un saldo de diez muertos, cuatro carabineros y 6 operarios; fueron destruidos edificios públicos, almacenes-pulperías, banco y retén policial.

(*) Tirapiedras: Apelativo del habitante natalino

Son los resultados de las tensiones entre el capital y el trabajo, que tendrán como corolario la muerte de cerca de mil peones huelguistas en las estancias argentinas de la Provincia de Santa Cruz, en manos del ejército argentino. La mayor parte de ellos obreros chilotes, muchos de los cuales trataban de cruzar la frontera para buscar protección en Chile. (*)

Después del espiral de enfrentamientos, la vida social en la zona cambiará. El poderoso movimiento sindical llega a una fase de latencia, existe pero no se manifiesta. Los años veinte serán para Puerto Natales, años de mucha recomposición del tejido social dañado por las circunstancias comentadas. Se van dando las condicionantes para la permanencia el año completo de los trabajadores. Crece la ciudad en su urbanización, aparecen nuevos barrios y es posible vivir tiempos de bonanzas, coronados en el año 1932 con la apertura del camino a la ciudad capital, Punta Arenas. Pero siempre será evidente la precariedad urbanística de Puerto Natales, comparado con la prestancia europea de Punta Arenas.

SUCURSAL DEL PARAISO

En estos días, mes de junio del 2013, la afamada revista National Geographic en un suplemento especial, que tiene un tiraje cercano a los 500 mil ejemplares, ha ubicado en el quinto lugar a la cadena montañosa conocida como Torres del Paine, entre cien destinos turísticos mundiales, a los cuales llama “los sitios más lindos del mundo”. Para mayor regocijo de los natalinos la portada de la revista lleva una foto de esta maravilla de la naturaleza.

Desde los inicios del poblamiento han sido muchos los hombres sabios que quedaron vislumbrados con la majestuosidad de la montaña natalina. Aún no se hablaba de su explotación para el turismo. Vinieron desde lugares lejanos para ser los primeros en visitarla. Entre las visitas, nuestra Gabriela Mistral, que viajó a conocerlas en febrero de 1919, cuando se desempeñaba como directora del Liceo de Niñas de Punta Arenas. Sus impresiones las leemos en uno de los capítulos de su libro “ Desolación”.

Naturalistas y aventureros se interesaron por llegar a esta parte de la Patagonia Profunda. Ante la indiferencia de las autoridades nacionales, traficantes y paleontólogos depredadores se llevaron a sus países restos de un gran animal herbívoro y gravigrado extinguido, que la ciencia identifica como Mylodon darwinii.

(*) Arriagada, Ramón “La rebelión de los Tirapiedras. Puerto Natales 1919” Editorial Universidad de Magallanes. 2011

Pero quienes más se aventuraron, son quienes deseaban compartir con el mundo los testimonios fotográficos de sus paisajes sobrecogedores, por los contrastes entre montañas ariscas, fiordos, lagos y glaciares. Un homenaje al sacerdote salesiano Alberto De Agostini, quien en los años veinte del siglo pasado, se dedicó a fotografiar, escalar y explorar los Andes Patagónicos, incluso aventurándose con muy poco apoyo en los hielos del Campo Sur. Superficie de nieves eternas, dimensionada como la segunda reserva de agua dulce del continente americano, muchos chilenos desconocen que en su territorio está el grandioso Campo de Hielo Patagónico.

UN CHILLANEJO LLEGÓ VOLANDO

Como no referirnos a los aviadores que surcaron las rutas australes en los inicios de su poblamiento. Temidas por sus violentos cambios, producto de los accidentes geográficos, que encajonan los vientos fríos turbulentos que llegan desde el continente antártico, de la inhóspita pampa argentina y del Pacífico que se embravece al chocar con las costas rocosas de esta parte del continente. Inclinarnos ante la bravura de Jean Antonie Saint Exupery, piloto francés que llegó a la Patagonia volando aviones que a una velocidad de 174 km, unían el norte argentino con Rio Gallegos para la Aeropostal Argentina en 1929. Su admiración por estos territorios están reflejados en las páginas maravillosas de dos libros excepcionales: “ El Principito” y “ Vuelo Nocturno”.

El intento por unir Puerto Montt con Punta Arenas por aire, se realizó el día 26 de enero de 1930 en una aeronave del tipo Junker 6, cuya tripulación estaba dirigida ¡ por un chillanejo!, el comandante Arturo Merino Benitez. Antes de llegar a su destino final, aterrizan en una costa cercana a Puerto Natales, para continuar al día siguiente con el despegue a las 8.00 de la mañana del hidroavión trimotor Junker de la Fuerza Aérea. Rápidamente la noticia es transmitida a la vecina Punta Arenas, donde su población acude a presenciar uno de los acontecimientos de mayor regocijo colectivo que se recuerde en Magallanes. Arturo Merino Benítez, demuestra en tan alejado asentamiento de chilenos olvidados, que hay una nueva ruta para acercarlos al territorio nacional.

TIEMPOS PARA RECONVERTIRSE

La economía natalina seguía su auge por la producción de sus campos y frigorífico. Unido a ello, las labores de matanza y elaboración de productos derivados de los ovinos, se incrementaba, puesto que llegaban todos los años arreos provenientes de las estancias argentinas cercanas. En el año 1929 desde los muelles de Puerto Natales salieron 617.116 corderos faenados hacia Inglaterra. Además de la producción de lanas y menudencias. La bonanza se daría entre los años 1925 y 1946. Terminarían con la

resolución del gobierno argentino en orden a no permitir la salida de ganado en pié hacia el exterior. La cifra de 218 mil corderos exportados en 1947 enciende las alarmas de la economía regional en Puerto Natales y Magallanes.

Pero Argentina necesita urgente carbón para generar electricidad. Los países proveedores no lo pueden suministrar, pues están con muchas mermas entregando dicho combustible a los países de Europa una vez terminada la Guerra. La reactivación de la industria del vecino país, mira hacia al Sur; el presidente Juan Domingo Perón entrega el máximo de platas para sacar carbón mineral del único yacimiento en territorio argentino, ubicado en la Provincia de Santa Cruz en la cuenca de Río Turbio. Lugar del austro ubicado a escasos 30 kilómetros del por entonces desfalleciente y recesivo Puerto Natales.

Nuestros matarifes, esquiladores y peones del campo, se transforman rápidamente en ferrocarrileros, mineros, cargadores, paleros y mineros. Son nuestros telúricos migrantes chilotes que se reconvierten. Seguirán en su afán de hacer producir la Patagonia. El gobierno central de Chile verá esta posibilidad de empleo masivo como un obsequio del destino. Van a ser treinta años en que Puerto Natales se transformará en un apéndice económico del vecino país. En 1951 serán 1.600 trabajadores chilenos en faenas mineras. Diez años más tarde bordearán 1.500 los trabajadores en el subsuelo de la mina, más otro millar en labores de superficie. En 1970 cuando Puerto Natales registraba en el Censo 13.675 habitantes, se estimaban 2.800 los trabajadores en el vecino mineral. ¡Linda manera de hacer patria en la Patagonia!, de este país con vista al mar.

DE MINERO A PESCADOR

Claro que todo termina abruptamente, cuando se suceden los acontecimientos del año 1978; ambos países están a punto de llegar a una guerra por la cuestión de Beagle. La vecina República embriagada por los nacionalismos de los dictadores de turno, decide reemplazar todo el personal chileno por argentinos pobres del norte de su país. Puerto Natales es invadido por la cesantía. Los militares chilenos, en el poder, optan por repatriar a Chiloé a aquel ejército de marginales; fueron alrededor de 2000 los “repatriados”. Puerto Natales queda sumido en la desesperanza y el desarraigo de los que quieren partir pronto.

En los años 80 y 90, nuestros mineros desplazados se transforman en pescadores, el atavismo de las islas chilotas les recuerda que son trabajadores de mar y de tierra. Parten hacia los tempestuosos canales interiores a buscar todo lo que se mueva en el fondo

marino: la riqueza de los mares australes les permite traer productos valorados en los mercados del mundo. Aparecen merluceros y centolleros. Los ostiones inexplotados esperan en la base de los glaciares; los locos jamás capturados están en los peligrosos golfos. Puerto Natales tiene plata fresca en abundancia gracias a sus ya avezados pescadores.

El fin de la todopoderosa Sociedad Explotadora Tierra del Fuego se aproxima en forma gradual desde los años cincuenta en adelante. Las praderas en exceso talajeadas ya no serán rentables para la transnacional Duncan Fox; la posibilidad de entregar los predios para iniciar en ellos un proceso de reforma agraria, sería recibida con beneplácito por los ejecutivos de la empresa capitalista de la tierra. Sucede en el gobierno de Eduardo Frei, las tierras arrendadas, 520 mil hectáreas son devueltas al Estado, para constituir en Ultima Esperanza asentamientos campesinos de trabajo cooperativo.

DE PROFESOR NORMALISTA A PATRIARCA

Siempre Puerto Natales fue un poblado conformado por trabajadores. De ello da cuenta la arquitectura de sus barrios. La empresa de la tierra y su presencia no dejó tras su partida obras de arquitectura, pues poco o nada le interesó, reinvertir en el lugar. Luego con la llegada y afincamiento de los obreros del carbón de Río Turbio, aparecieron nuevos barrios en las periferias del casco antiguo de la ciudad. Políticamente su comunidad adhería mayoritariamente al Partido Socialista desde los años treinta, destacando la figura de Octavio Castro Sáez, un patriarca socialista que se mantuvo por 27 años como regidor y Alcalde en la comuna, llegando al cargo de Intendente de Magallanes en el gobierno de Salvador Allende.

Este profesor socialista, era natural de Cauquenes, donde nació un 18 de septiembre de 1919. Se formó como docente en la benemérita Escuela Normal de Chillán, de donde egresó en el mismo año del gran terremoto de 1939. El año 1940 aparece por estos confines del mundo, hasta donde era difícil traer profesionales de la docencia. Hombre dotado de una vasta cultura, contribuyó como ninguno al desarrollo de Puerto Natales; a fines de los años 70, al verse marginado de toda posibilidad de seguir aportando a su ciudad, partió con su familia en silencio hacia Santiago, buscando sanación a una rebelde enfermedad. Octavio Castro falleció en mayo de 1980 en la capital de Chile con la pena de no poder regresar a Ultima Esperanza, la residencia más amada por él en la tierra. En el Puerto Natales de hoy, una población lleva su nombre.

Puerto Natales del Centenario es una ciudad bullente. Con merecimiento es motejada como la “Capital del Turismo de la Patagonia Chilena”. Hasta ayer un pueblito arrinconado por sus bellezas naturales, hoy se prepara para dar un salto adelante y convertirse en una ciudad receptora del turismo internacional que llega a conocer uno de los lugares más lindo del planeta tierra, el Parque Nacional Torres del Paine.

Claro que hay muchos desafíos. Uno de ellos atraer más visitantes a sus otras bellezas naturales, como los canales del archipiélago patagónico occidental, a cuyas costas caen los numerosos ventisqueros del Campo de Hielo Sur. Son setenta mil kilómetros cuadrados, el 10 por ciento del territorio nacional, habitado por tan sólo 19.500 habitantes. El desafío de los natalinos es poblar en el futuro los territorios vacíos, conscientes que deberán luchar contra las inclemencias de un clima que desafía voluntades e impide el arraigo. Imponerse contra el mayor obstáculo que es la ignorancia e incomprensión del centralismo.

Puerto Natales, mayo del 2013

Ramón Arriagada Sepúlveda, chillanejo por nacimiento y añoranzas, radicado por más de treinta años en Puerto Natales, entusiasta de todas las reivindicaciones de esta lejana comunidad. Presidente por 6 años consecutivos de la Cámara de Comercio y Turismo. Sociólogo, historiador y luchador de la causa “tirapiedras

viernes, 14 de junio de 2013

LA UNIVERSIDAD Y SU MISIÓN PERDIDA

Por Ramón Arriagada, publicado en La Prensa Austral

Parece increíble que instituciones tan beneméritas como han sido las Universidades, estén contribuyendo- para cumplir con sus políticas de financiamiento - a correrle el lazo en el cuello a nuestra clase media. Una de mis crónicas pasadas la dediqué a informar como los bancos se subieron por el chorro, ofreciendo créditos propios “super-estudios”, mimetizándolos con el ahora desprestigiado Crédito con el Aval del Estado (CAE) y los créditos Corfo.


Lo concreto es, cuando se supo que producto de las movilizaciones estudiantiles ningún profesional endeudado, iba a pagar más allá de un porcentaje de su sueldo. Que los créditos al cancelarlos no pagarían más de un 2 % de interés. Los endeudados respiraron con el alivio de Muxol. Hoy, la clase media decepcionada, canturrea… “señores que vergüenza, que clavos fabricáis, el pueblo se da cuenta de cómo lo engañáis”.

Los créditos de los bancos para estudios superiores, siguen pagando las tasas de un crédito de consumo. De pura vergüenza, la mayoría de las instituciones bancarias, han eliminado este año sus ofertones para educar hijos. Los trípticos mostrando licenciados con togas, rodeados de sonriente familiares, desaparecieron.

En esta “quitá de paraguas” a la clase media emergente y sufriente, colaboran las universidades, los sagrados templos del saber, que siguen subiendo los precios de las carreras, aumentando la distancia entre el arancel real y el arancel de referencia. Los hasta ayer faros del conocimiento, con comunidades rigurosas en fijar su filosofía, el sistema las ha obligado a obtener plusvalía en su función de educar. Elegante manera de eludir la palabra Lucro.

Si bien es cierto la clase media por problemas de convencionalismo y arribismo es incapaz de organizarse y gritar públicamente sus penas, lamiendo silenciosamente sus heridas; es capaz de generar corrientes de opinión, como napas subterráneas que socaban cualquier terreno. El titular del diario “La Segunda” del sábado pasado es reflejo del estado nefando, indigno al enfrentar la clase media un nuevo drama: cómo financiar la brecha entre lo que cubre el fisco y el arancel real de las carreras.

El noble concepto de Autonomía, que siempre defendieron nuestras Universidades, hoy es utilizado para presionar a los futuros clientes, elevando los aranceles a su acomodo y amaño, siendo incapaz el Estado de intervenir en la avalancha de precios.Otra razón para pensar que la Universidad perdió su misión.