martes, 25 de junio de 2013

PUERTO NATALES: HISTORIAS DE LEJANÍAS Y PORFÍAS



Escribe : Ramón Arriagada, desde Ultima Esperanza

La actual región de Magallanes en su administración, para Chile, siempre fue un Territorio hasta el año 1933, cuando sus habitantes tienen la posibilidad de elegir un representante ante el poder legislativo, el diputado Manuel Chaparro Ruminot. La disposición constitucional de aquellos años, cambiaba la nominación administrativa de Territorio por provincia.

La Región de Magallanes, ésta parte tan lejana del territorio nacional, también la más desconocida, ha estado dividida en cuatro provincias; bautizadas con nombres que traslucen desafíos mar y de tierra: Ultima Esperanza, Cabo de Hornos, Magallanes y Navarino; Puerto Natales es la capital de la primera.

El navegante español, Juan Ladrilleros, en el año 1558 fue el descubridor de estos parajes para la loca geografía de nuestro país. Hay un relato impreciso que se ha ido repitiendo; se le atribuye al nauta, el haber dado la nominación de Ultima Esperanza a estos territorios. El año 2005 publiqué un libro sobre Ladrilleros, luego de haber recopilado una vasta literatura sobre el personaje. Doy fe, luego de haber revisado con cartografía moderna, sus derroteros, no hay tal bautizo, no obstante que en su infructuosa búsqueda del Estrecho de Magallanes su entrada hacia los canales, donde hoy se levanta la ciudad de Puerto Natales, no fue la culminación feliz de su viaje.

LAST HOPE

Lo cierto, la nominación viene de la toponimia de los peritos ingleses de la “Adventure” y la “Beagle”, quienes estuvieron realizando labores de levantamiento entre 1826 y 1836. Buscando comunicación con el Fiordo Skyring y como “última esperanza” para llegar a un canal de unión se aventuraron por los territorios del “Last Hope” ; desde un monte del lugar visualizaron vastos campos con abundantes pastizales, que bautizaron como “Plains of Diana”. A dicho lugar llegaría el oficial de la marina alemana Herman Eberhard, en la primavera de 1883, con la autorización del Gobernador de Magallanes Manuel Señoret, para iniciar el poblamiento del sector.

La autoridad chilena, residente en Punta Arenas, que apoya a todos quienes piden autorización para establecerse en los parajes de Ultima Esperanza; tiene el mérito de haber impedido que colonos autorizados por el gobierno argentino, tomen posesión de estos territorios. Serán de Chile en los futuros arbitrajes, por el factor denominado “soberanía por presencia”. La mayor parte de los “pobladores chilenos” son ingleses, alemanes y franceses. Para 1904 los había en una cantidad de 600, todos ellos muy prósperos aprovechando la generosidad de los parajes australes.

POR LOS DOMINIOS DE LA EXPLOTADORA

El centralismo ignorante y corrupto con el visto bueno de Germán Riesco, por entonces Presidente de la República, da paso a una certera maniobra de expropiación de los colonos de Ultima Esperanza. En remates de arrendamiento fraudulentos fraguados entre ministerios y traficantes de influencias son rematados todos los territorios el 15 de marzo de 1905, llegando a manos de la transnacional inglesa Duncan Fox. De las 350.000 hás son expulsados los pobladores, que habían posibilitado en el Laudo de 1902, reafirmar soberanía en territorios olvidados y abandonados por los propios chilenos. La suerte quedará sellada y Ultima Esperanza pasará a ser concesión de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego; sociedad capitalista de la tierra que actúa como propietaria del latifundio más extenso del continente sudamericano.

La hoy ciudad de Puerto Natales, fue fundada legalmente en tiempos de la presidencia de Barros Luco, el día 31 de mayo de 1911. La necesidad era tener un centro administrativo del Estado de Chile en aquellos territorios, donde se desarrollaba pródiga la ganadería lanar y la industria relacionada con las exportaciones de carnes y lana hacia los mercados europeos. A partir de 1915, los frigoríficos establecidos y la crianza del ganado, requerían mucha mano de obra. Por todos los territorios de la Patagonia merodeaban en aquellos años, aventureros europeos, provenientes de países inmersos en los afanes de la primera guerra mundial. Muchos jóvenes dispuestos a vender su fuerza de trabajo lo único que poseían, al mejor postor.

Pero los más numerosos siempre fueron los trabajadores chilotes. Sin su aporte a la colonización de los nuevos territorios, tanto en Chile como Argentina, la Patagonia hubiese sido una empresa frustrada. Vinieron de un territorio conquistado tardíamente por Chile, dejado en el olvido por los gobernantes. Es muy gráfica la apreciación del fenómeno migratorio hecho por Nicasio Tangol… “ Tal indiferencia de los conquistados tenía una razón telúrica; al chilote no le atraía el continente, todo su mundo estaba en su querido archipiélago y desde éste al extremo sur”. Dimensionando este fenómeno, las poderosas empresas de la tierra, instalaron oficina de enganche de mano de obra chilota en los principales puestos del archipiélago.

TERRITORIOS PARA HOMBRES SOLOS

La fisonomía de los nuevos núcleos de población de la Patagonia es común. Puerto Natales no es la excepción. Una gran actividad comercial y trabajo febril desde octubre a marzo ya sea en los frigoríficos como en los campos. Pero con predominio de hombres solos; a la gran empresa de la tierra poco le importaba la radicación de las familias.

Las condiciones de vida no eran buenas, el transporte por barcos manejados por socios de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego, no eran abordables, por los precios cobrados, a pasajeros pobres. Esto último redundaba además en el precio de los alimentos. En las relaciones laborales, los empleadores eran inflexibles en cuanto a producir el máximo de plusvalía. Pero no llevaron al trabajador al grado de sumisión de los campesinos de la zona central del país; los obreros de campos y frigoríficos tenían organizaciones sindicales fuertes. La FOM (Federación Obrera de Magallanes) en su mejor momento controló cerca de 10 mil socios, contando con diarios, cines, bibliotecas y bienestar solidario. Todos los años discutían lo pliegos de peticiones y las condiciones de seguridad en el trabajo con los patronos.

Puerto Natales, para 1920, registraba una población de 1.500 habitantes. En tiempos de la esquila y producción de frigoríficos doblaba su población. Muchos de los llegados, alojaban en las llamadas “pensiones obreras”. Abundaban los prostíbulos y cantinas y las condiciones urbanísticas no eran las mejores; alumbrado público con faroles de parafina, sin alcantarillado y agua potable. Como no existía un ente municipal, todo adolecía de falta de regulación. La educación estuvo a cargo de los Salesianos, congregación de mucha presencia en la Patagonia. Para llegar a Punta Arenas, sólo era posible por caminos argentinos. El mejor transporte tanto a Puerto Montt como a Punta Arenas era el marítimo.

TENSIONES Y REBELION TIRAPIEDRAS(*)

La naciente ciudad, el 23 de enero de 1919, fue escenario de un violento enfrentamiento entre los operarios de los dos frigoríficos que funcionaban en Puerto Natales y los carabineros aliados con el personal inglés. Las beligerancias llevan a un saldo de diez muertos, cuatro carabineros y 6 operarios; fueron destruidos edificios públicos, almacenes-pulperías, banco y retén policial.

(*) Tirapiedras: Apelativo del habitante natalino

Son los resultados de las tensiones entre el capital y el trabajo, que tendrán como corolario la muerte de cerca de mil peones huelguistas en las estancias argentinas de la Provincia de Santa Cruz, en manos del ejército argentino. La mayor parte de ellos obreros chilotes, muchos de los cuales trataban de cruzar la frontera para buscar protección en Chile. (*)

Después del espiral de enfrentamientos, la vida social en la zona cambiará. El poderoso movimiento sindical llega a una fase de latencia, existe pero no se manifiesta. Los años veinte serán para Puerto Natales, años de mucha recomposición del tejido social dañado por las circunstancias comentadas. Se van dando las condicionantes para la permanencia el año completo de los trabajadores. Crece la ciudad en su urbanización, aparecen nuevos barrios y es posible vivir tiempos de bonanzas, coronados en el año 1932 con la apertura del camino a la ciudad capital, Punta Arenas. Pero siempre será evidente la precariedad urbanística de Puerto Natales, comparado con la prestancia europea de Punta Arenas.

SUCURSAL DEL PARAISO

En estos días, mes de junio del 2013, la afamada revista National Geographic en un suplemento especial, que tiene un tiraje cercano a los 500 mil ejemplares, ha ubicado en el quinto lugar a la cadena montañosa conocida como Torres del Paine, entre cien destinos turísticos mundiales, a los cuales llama “los sitios más lindos del mundo”. Para mayor regocijo de los natalinos la portada de la revista lleva una foto de esta maravilla de la naturaleza.

Desde los inicios del poblamiento han sido muchos los hombres sabios que quedaron vislumbrados con la majestuosidad de la montaña natalina. Aún no se hablaba de su explotación para el turismo. Vinieron desde lugares lejanos para ser los primeros en visitarla. Entre las visitas, nuestra Gabriela Mistral, que viajó a conocerlas en febrero de 1919, cuando se desempeñaba como directora del Liceo de Niñas de Punta Arenas. Sus impresiones las leemos en uno de los capítulos de su libro “ Desolación”.

Naturalistas y aventureros se interesaron por llegar a esta parte de la Patagonia Profunda. Ante la indiferencia de las autoridades nacionales, traficantes y paleontólogos depredadores se llevaron a sus países restos de un gran animal herbívoro y gravigrado extinguido, que la ciencia identifica como Mylodon darwinii.

(*) Arriagada, Ramón “La rebelión de los Tirapiedras. Puerto Natales 1919” Editorial Universidad de Magallanes. 2011

Pero quienes más se aventuraron, son quienes deseaban compartir con el mundo los testimonios fotográficos de sus paisajes sobrecogedores, por los contrastes entre montañas ariscas, fiordos, lagos y glaciares. Un homenaje al sacerdote salesiano Alberto De Agostini, quien en los años veinte del siglo pasado, se dedicó a fotografiar, escalar y explorar los Andes Patagónicos, incluso aventurándose con muy poco apoyo en los hielos del Campo Sur. Superficie de nieves eternas, dimensionada como la segunda reserva de agua dulce del continente americano, muchos chilenos desconocen que en su territorio está el grandioso Campo de Hielo Patagónico.

UN CHILLANEJO LLEGÓ VOLANDO

Como no referirnos a los aviadores que surcaron las rutas australes en los inicios de su poblamiento. Temidas por sus violentos cambios, producto de los accidentes geográficos, que encajonan los vientos fríos turbulentos que llegan desde el continente antártico, de la inhóspita pampa argentina y del Pacífico que se embravece al chocar con las costas rocosas de esta parte del continente. Inclinarnos ante la bravura de Jean Antonie Saint Exupery, piloto francés que llegó a la Patagonia volando aviones que a una velocidad de 174 km, unían el norte argentino con Rio Gallegos para la Aeropostal Argentina en 1929. Su admiración por estos territorios están reflejados en las páginas maravillosas de dos libros excepcionales: “ El Principito” y “ Vuelo Nocturno”.

El intento por unir Puerto Montt con Punta Arenas por aire, se realizó el día 26 de enero de 1930 en una aeronave del tipo Junker 6, cuya tripulación estaba dirigida ¡ por un chillanejo!, el comandante Arturo Merino Benitez. Antes de llegar a su destino final, aterrizan en una costa cercana a Puerto Natales, para continuar al día siguiente con el despegue a las 8.00 de la mañana del hidroavión trimotor Junker de la Fuerza Aérea. Rápidamente la noticia es transmitida a la vecina Punta Arenas, donde su población acude a presenciar uno de los acontecimientos de mayor regocijo colectivo que se recuerde en Magallanes. Arturo Merino Benítez, demuestra en tan alejado asentamiento de chilenos olvidados, que hay una nueva ruta para acercarlos al territorio nacional.

TIEMPOS PARA RECONVERTIRSE

La economía natalina seguía su auge por la producción de sus campos y frigorífico. Unido a ello, las labores de matanza y elaboración de productos derivados de los ovinos, se incrementaba, puesto que llegaban todos los años arreos provenientes de las estancias argentinas cercanas. En el año 1929 desde los muelles de Puerto Natales salieron 617.116 corderos faenados hacia Inglaterra. Además de la producción de lanas y menudencias. La bonanza se daría entre los años 1925 y 1946. Terminarían con la

resolución del gobierno argentino en orden a no permitir la salida de ganado en pié hacia el exterior. La cifra de 218 mil corderos exportados en 1947 enciende las alarmas de la economía regional en Puerto Natales y Magallanes.

Pero Argentina necesita urgente carbón para generar electricidad. Los países proveedores no lo pueden suministrar, pues están con muchas mermas entregando dicho combustible a los países de Europa una vez terminada la Guerra. La reactivación de la industria del vecino país, mira hacia al Sur; el presidente Juan Domingo Perón entrega el máximo de platas para sacar carbón mineral del único yacimiento en territorio argentino, ubicado en la Provincia de Santa Cruz en la cuenca de Río Turbio. Lugar del austro ubicado a escasos 30 kilómetros del por entonces desfalleciente y recesivo Puerto Natales.

Nuestros matarifes, esquiladores y peones del campo, se transforman rápidamente en ferrocarrileros, mineros, cargadores, paleros y mineros. Son nuestros telúricos migrantes chilotes que se reconvierten. Seguirán en su afán de hacer producir la Patagonia. El gobierno central de Chile verá esta posibilidad de empleo masivo como un obsequio del destino. Van a ser treinta años en que Puerto Natales se transformará en un apéndice económico del vecino país. En 1951 serán 1.600 trabajadores chilenos en faenas mineras. Diez años más tarde bordearán 1.500 los trabajadores en el subsuelo de la mina, más otro millar en labores de superficie. En 1970 cuando Puerto Natales registraba en el Censo 13.675 habitantes, se estimaban 2.800 los trabajadores en el vecino mineral. ¡Linda manera de hacer patria en la Patagonia!, de este país con vista al mar.

DE MINERO A PESCADOR

Claro que todo termina abruptamente, cuando se suceden los acontecimientos del año 1978; ambos países están a punto de llegar a una guerra por la cuestión de Beagle. La vecina República embriagada por los nacionalismos de los dictadores de turno, decide reemplazar todo el personal chileno por argentinos pobres del norte de su país. Puerto Natales es invadido por la cesantía. Los militares chilenos, en el poder, optan por repatriar a Chiloé a aquel ejército de marginales; fueron alrededor de 2000 los “repatriados”. Puerto Natales queda sumido en la desesperanza y el desarraigo de los que quieren partir pronto.

En los años 80 y 90, nuestros mineros desplazados se transforman en pescadores, el atavismo de las islas chilotas les recuerda que son trabajadores de mar y de tierra. Parten hacia los tempestuosos canales interiores a buscar todo lo que se mueva en el fondo

marino: la riqueza de los mares australes les permite traer productos valorados en los mercados del mundo. Aparecen merluceros y centolleros. Los ostiones inexplotados esperan en la base de los glaciares; los locos jamás capturados están en los peligrosos golfos. Puerto Natales tiene plata fresca en abundancia gracias a sus ya avezados pescadores.

El fin de la todopoderosa Sociedad Explotadora Tierra del Fuego se aproxima en forma gradual desde los años cincuenta en adelante. Las praderas en exceso talajeadas ya no serán rentables para la transnacional Duncan Fox; la posibilidad de entregar los predios para iniciar en ellos un proceso de reforma agraria, sería recibida con beneplácito por los ejecutivos de la empresa capitalista de la tierra. Sucede en el gobierno de Eduardo Frei, las tierras arrendadas, 520 mil hectáreas son devueltas al Estado, para constituir en Ultima Esperanza asentamientos campesinos de trabajo cooperativo.

DE PROFESOR NORMALISTA A PATRIARCA

Siempre Puerto Natales fue un poblado conformado por trabajadores. De ello da cuenta la arquitectura de sus barrios. La empresa de la tierra y su presencia no dejó tras su partida obras de arquitectura, pues poco o nada le interesó, reinvertir en el lugar. Luego con la llegada y afincamiento de los obreros del carbón de Río Turbio, aparecieron nuevos barrios en las periferias del casco antiguo de la ciudad. Políticamente su comunidad adhería mayoritariamente al Partido Socialista desde los años treinta, destacando la figura de Octavio Castro Sáez, un patriarca socialista que se mantuvo por 27 años como regidor y Alcalde en la comuna, llegando al cargo de Intendente de Magallanes en el gobierno de Salvador Allende.

Este profesor socialista, era natural de Cauquenes, donde nació un 18 de septiembre de 1919. Se formó como docente en la benemérita Escuela Normal de Chillán, de donde egresó en el mismo año del gran terremoto de 1939. El año 1940 aparece por estos confines del mundo, hasta donde era difícil traer profesionales de la docencia. Hombre dotado de una vasta cultura, contribuyó como ninguno al desarrollo de Puerto Natales; a fines de los años 70, al verse marginado de toda posibilidad de seguir aportando a su ciudad, partió con su familia en silencio hacia Santiago, buscando sanación a una rebelde enfermedad. Octavio Castro falleció en mayo de 1980 en la capital de Chile con la pena de no poder regresar a Ultima Esperanza, la residencia más amada por él en la tierra. En el Puerto Natales de hoy, una población lleva su nombre.

Puerto Natales del Centenario es una ciudad bullente. Con merecimiento es motejada como la “Capital del Turismo de la Patagonia Chilena”. Hasta ayer un pueblito arrinconado por sus bellezas naturales, hoy se prepara para dar un salto adelante y convertirse en una ciudad receptora del turismo internacional que llega a conocer uno de los lugares más lindo del planeta tierra, el Parque Nacional Torres del Paine.

Claro que hay muchos desafíos. Uno de ellos atraer más visitantes a sus otras bellezas naturales, como los canales del archipiélago patagónico occidental, a cuyas costas caen los numerosos ventisqueros del Campo de Hielo Sur. Son setenta mil kilómetros cuadrados, el 10 por ciento del territorio nacional, habitado por tan sólo 19.500 habitantes. El desafío de los natalinos es poblar en el futuro los territorios vacíos, conscientes que deberán luchar contra las inclemencias de un clima que desafía voluntades e impide el arraigo. Imponerse contra el mayor obstáculo que es la ignorancia e incomprensión del centralismo.

Puerto Natales, mayo del 2013

Ramón Arriagada Sepúlveda, chillanejo por nacimiento y añoranzas, radicado por más de treinta años en Puerto Natales, entusiasta de todas las reivindicaciones de esta lejana comunidad. Presidente por 6 años consecutivos de la Cámara de Comercio y Turismo. Sociólogo, historiador y luchador de la causa “tirapiedras

viernes, 14 de junio de 2013

LA UNIVERSIDAD Y SU MISIÓN PERDIDA

Por Ramón Arriagada, publicado en La Prensa Austral

Parece increíble que instituciones tan beneméritas como han sido las Universidades, estén contribuyendo- para cumplir con sus políticas de financiamiento - a correrle el lazo en el cuello a nuestra clase media. Una de mis crónicas pasadas la dediqué a informar como los bancos se subieron por el chorro, ofreciendo créditos propios “super-estudios”, mimetizándolos con el ahora desprestigiado Crédito con el Aval del Estado (CAE) y los créditos Corfo.


Lo concreto es, cuando se supo que producto de las movilizaciones estudiantiles ningún profesional endeudado, iba a pagar más allá de un porcentaje de su sueldo. Que los créditos al cancelarlos no pagarían más de un 2 % de interés. Los endeudados respiraron con el alivio de Muxol. Hoy, la clase media decepcionada, canturrea… “señores que vergüenza, que clavos fabricáis, el pueblo se da cuenta de cómo lo engañáis”.

Los créditos de los bancos para estudios superiores, siguen pagando las tasas de un crédito de consumo. De pura vergüenza, la mayoría de las instituciones bancarias, han eliminado este año sus ofertones para educar hijos. Los trípticos mostrando licenciados con togas, rodeados de sonriente familiares, desaparecieron.

En esta “quitá de paraguas” a la clase media emergente y sufriente, colaboran las universidades, los sagrados templos del saber, que siguen subiendo los precios de las carreras, aumentando la distancia entre el arancel real y el arancel de referencia. Los hasta ayer faros del conocimiento, con comunidades rigurosas en fijar su filosofía, el sistema las ha obligado a obtener plusvalía en su función de educar. Elegante manera de eludir la palabra Lucro.

Si bien es cierto la clase media por problemas de convencionalismo y arribismo es incapaz de organizarse y gritar públicamente sus penas, lamiendo silenciosamente sus heridas; es capaz de generar corrientes de opinión, como napas subterráneas que socaban cualquier terreno. El titular del diario “La Segunda” del sábado pasado es reflejo del estado nefando, indigno al enfrentar la clase media un nuevo drama: cómo financiar la brecha entre lo que cubre el fisco y el arancel real de las carreras.

El noble concepto de Autonomía, que siempre defendieron nuestras Universidades, hoy es utilizado para presionar a los futuros clientes, elevando los aranceles a su acomodo y amaño, siendo incapaz el Estado de intervenir en la avalancha de precios.Otra razón para pensar que la Universidad perdió su misión.



lunes, 11 de febrero de 2013

CENTENARIO DE LA ESCUELA DE AVIACIÓN


Por Diego Arriagada Muñoz, Capitán de Bandada (A) Ret, egresado el año 1998


Hace 100 años, el 11 de febrero de 1913, se firma el decreto que da por fundada la “Escuela Aeronáutica Militar”, actualmente llamada “Escuela de Aviación Capitán Manuel Ávalos Prado” de la Fuerza Aérea de Chile.




Esta Escuela, tiene por misión la formación integral de los oficiales de la Fuerza Aérea de Chile. En sus aulas se forjan los pilotos, ingenieros aeronáuticos, especialistas en defensa antiaérea y además, los oficiales encargados de llevar la administración de la institución..



En 1913, un grupo de oficiales del Ejército tuvo la visión futurista para la época, de contar con una escuela que se encargara de formar a los pilotos de esa nueva arma que hacía aparición por los cielos del mundo, el aeroplano. Para ese propósito, había enviado a Francia, una de las cunas de la aviación mundial, a un grupo de oficiales y especialistas, a obtener en ese país los conocimientos necesarios de aviación. Entre ellos, estaba Manuel Ávalos Prado, capitán de ejército.



Durante los primeros años, la Escuela de Aeronáutica Militar formó a los pilotos del ejército y de la Armada. En 1930, año de la fundación de la Fuerza Aérea de Chile, la escuela continuó entrenando pilotos que eran seleccionados del Ejército y la Armada, para que luego de obtener sus piochas de “Piloto de Guerra”, se incorporaran como oficiales de esta nueva y extraña institución, dejando atrás sus uniformes de oficiales de ejército y marina, para vestir blusas y gorras azul aéreo.



No fue hasta 1942, que la Escuela comenzó a formar íntegramente a los oficiales de la Fuerza Aérea de Chile.



En 1945, el establecimiento pasó a llamarse “Escuela de Aviación Capitán Manuel Ávalos Prado”, en homenaje a uno de sus primeros directores.



La Escuela de Aviación es un establecimiento de educación único, testigo de acontecimientos de nuestra joven República. No sólo vio nacer la aviación militar chilena, sino que en sus aulas se han formado ilustres y recordados personajes de nuestra historia, como Arturo Merino Benítez, fundador de la Fuerza Aérea de Chile, la Dirección General de Aeronáutica Civil y la Línea Aérea Nacional (actual Lan Chile).



Un hecho interesante es el ocurrido en 1932. Marmaduke Grove, comandante en jefe de la Fuerza Aérea, lideraría desde el casino de oficiales de la Escuela, el golpe de estado que permitió la instauración en Chile de una República Socialista, durarìa apenas 14 dìas.



La vida de un cadete de la Escuela de Aviación no ha sido, no es y no será fácil. La jornada parte al amanecer con duros ejercicios físicos, para luego continuar con las asignaturas de la especialidad escogida. En ciertas épocas del año, los cadetes reciben instrucción de combate y supervivencia.



Los cadetes que son seleccionados para volar, reciben instrucción aérea, teórica y práctica, de primer nivel. Al cabo de 3 ó 4 años, dependiendo del programa de estudios, los cadetes egresan como oficiales de la Fuerza Aérea de Chile, para continuar su formación en las Escuelas Tácticas o en la Academia Politécnica Aeronáutica. Luego de este proceso de formación continuo, nunca inferior a los 6 años, los oficiales pueden desempeñarse en las unidades de la FACh a lo largo del país.



Hoy sus egresados, dentro y fuera de la institución, se sienten orgullosos de su Escuela, de su lema Compos Sui (dueño de sí mismo), de una verdadera alma máter, especialmente porque en estos días se ha sabido de instituciones de educación superior que están a punto de cerrar por irregularidades y que no alcanzaron a durar 20 años.



Sus egresados seguirán volando los aviones por cielos del mundo, enviando satélites al espacio y tomando decisiones fundamentales para el desarrollo aeroespacial de Chile.



domingo, 1 de julio de 2012

Fernando Villegas: “El Banquete”



Hace más de tres semanas que estoy lejos del hogar. Para que los días transcurran con mayor ligereza y no aburrirme, me he dedicado a pasear por los lugares que me gustan, entre ellos, las librerías.
Un día, mi padre, agudo lector, me recomendó un libro para entretenerme y sacarme de los libros de Aerodinámica y aviones, los cuales tengo la obligación permanente de leer, lo que no me produce ningún placer. Como estoy en la edad en que uno empieza a hacer balances de las cosas que aún le quedan por hacer, mi papá, dio en el clavo con la recomendación.
El libro titulado como “El Banquete” y fue escrito por Fernando Villegas. Básicamente, el libro relata los títulos y autores que marcaron al autor durante toda su vida.
Más que si encontré bueno o malo el libro (bueno), o me sirvió para hacer más llevadero esta especie de “relegación” de la era moderna, me sirvió para conocer y “desmenuzar” a Fernando Villegas.
En el libro pude notar que Fernando Villegas fue alguien que se hizo a si mismo. Fue tanto, que se dio el lujo de no terminar su carrera de sociólogo, porque le rechazaron la tesis y seguramente, mandó al inquisidor a la punta del cerro. Es probable que también pasara por una época de muchas dudas, al igual que yo ahora.
Siempre que lo escucho en la radio, leo sus artículos o lo miro en la televisión, lanza comentarios asertivos, como si estuviésemos pensando lo mismo.
Me sentí muy identificado con él en el libro.
 Otro punto es que estoy en las etapas tempranas del biblioholismo, porque estaba pensando en eliminar un mueble en el que puse sobre él un equipo de música, con el fin de comprar una repisa y poner más libros. Ya debo tener unos 300 libros en mi pequeña y humilde biblioteca.
Si conociera a Fernando Villegas, seguramente seríamos buenos amigos.

martes, 31 de enero de 2012




JULIO MUNIZAGA OSSANDON, ABOGADO Y POETA ( 1888-1924).
ANTECEDENTES DE SU
ESTADIA EN MAGALLANES, PARA UNA CARACTERIZACIÓN DE LA SOCIEDAD DE LA EPOCA.


POR : RAMÓN ARRIAGADA S. Sociólogo y escritor residente en Puerto Natales)

Trabajo presentado al Sexto Congreso de Historia Magallánica ( Puerto Natales, Diciembre del 2010)



El día nueve de marzo del año 1917, arriba al muelle de la ciudad de Punta Arenas el barco de pasajeros “ Ortega”. Días después el diario local “ Chile Austral”, entregará a sus lectores una breve nota sobre el arribo de la embarcación, destacando que, “ Ha llegado del norte para pasar algún tiempo en Punta Arenas el distinguido literato Julio Munizaga Ossandón. El recién llegado es hermano del médico de la ciudad don Oscar Munizaga, a quién viene a visitar y es de profesión abogado”.

Otro diario puntarenense, resalta la visita del poeta Munizaga, agregando que por su calidad como creador poético, se había hecho acreedor al gran premio “ La Flor de Oro” en los Juegos Florales celebrados en la ciudad de Santiago en el año 1914. Dicho evento había impactado al ambiente intelectual de la época, por la calidad de la poesía que llegó a manos de los jurados; además, porque fue un acontecimiento social, donde la gran capital mostró el “glamour” y lozanía de sus jóvenes juglares rindiéndose ante la belleza de sonrojadas señoritas provenientes de los sectores acomodados.

Para ilustrar la valía de la creación del poeta que visitaba Punta Arenas en aquel año 1917, señalemos que junto Julio Munizaga, también participaron creadores , que con el correr de los años, marcarían rumbos trascendentales en la cultura de este país, valorizado intelectualmente como un país de poetas. Entre los participante en los juegos florales de 1914, se encontraban: Pedro Sienna, Jorge Hübner Bezanilla, Max Jara, Carlos Mondaca, Manuel Magallanes Moure, Juan Guzman Cruchaga, Daniel de la Vega y Angel Cruchaga Santa Maria entre otros.


Una mujer y un soneto de muerte


Lo más significativo es destacar, que quien gana “La Flor Natural”, el mayor premio de aquellos Juegos Florales es una mujer. Pese a ser un concurso de versos alegres, de cotillones y señoritas glamorosas, buscando un cetro para abrirse paso en los salones de época, “ Los Sonetos de la Muerte” de Lucila Godoy Alcayaga, impactan en la competencia. Llevando como pie de autor, el seudónimo de Gabriela Mistral, la autora se mantiene alejada de la premiación. Talvez, previendo que las mujeres en ese escenario, son para recibir loas y sentimientos poéticos y no para ser protagonistas intelectuales.

Nuestros personajes, motivo de preocupación, tienen mucho en común. Gabriela Mistral, nace en Vicuña en abril del año 1889. En tanto, Julio Munizaga llegaría al mundo, el año anterior en la misma localidad del Valle del Elqui. Cuenta Gabriela Mistral en una carta a Pedro Aguirre Cerda “ mis estudios en la Normal de La Serena me los desbarató una intriga silenciosa- con la que se buscó eliminarme- por habérseme visto leyendo y haciendo leer algunas obras científicas que me facilitaba un estudioso de mi pueblo; don Bernardo Ossandón , exdirector del Instituto Comercial de Coquimbo”, confiesa que los contenidos de los textos facilitados por el familiar materno de Julio Munizaga Ossandón y su concepción de las cosas, demasiado desusada para una jovencita de la época, le traería problemas en el Liceo de Coquimbo, donde para costear sus estudios, trabajaba como inspectora.

En la misma carta a su amigo Aguirre Cerda, Ministro de la época,
( fechada el 1º de febrero de 1920) , expresa “El profesor de la Normal, presbítero M. Munizaga, hacía también clases allí y tenía mucho ascendiente sobre la directora. Me hizo ella una observación dura respecto a mi ateísmo, y a ésta siguió otra sobre mis tendencias socialistas”. El religioso inquisidor de la poetisa era el hermano de don Policarpo Munizaga Varela, personaje de mucha valía intelectual, también poeta, cuyos versos tomarán forma de un libro que editarán sus hijos con el nombre de “ Rimas Póstumas” en la litografía Universo en Santiago (1910).

Vidas paralelas

La inquietud del comunicar sentimientos y convicciones estuvo presente desde muy jóvenes en Gabriela y Julio Munizaga. Ella, siendo alumna de la Escuela Normal, ya escribía en el diario radical “ El Coquimbo”, sus artículos críticos respecto de la religión. Estos no fueron bien vistos y “el profesor de religión del establecimiento fue quien pidió se me eliminara como peligrosa” (Carta a P.Aguirre Cerda 1/2/1920).

En tanto, Munizaga publica su primer poema en la revista del Liceo de Hombres de la Serena a los 17 años con el título “ A mi madre”, también escribe en el diario local con diversos seudónimos. Al trasladarse a Santiago para estudiar Derecho en la Universidad de Chile, ya su nombre es conocido en revistas de circulación Nacional como “ Sucesos”, “Silueta Magazine” y “Selecta”. Estando aún en el Liceo serenense fue editor de la revista literaria “Penumbras” y también de una revista política “La Tribuna”.

La revisión de bastante bibliografía no ha permitido precisar, si entre Julio Munizaga y Gabriela, en los años adolescentes en su tierra natal, hubo puntos de encuentros en la producción intelectual. Cercanías no hubo, puesto que ambos provenían de ambientes sociales muy diferentes. Además porque la poetisa, desde muy jovencita, debió enfrentar el mundo del trabajo y hasta sórdidas instancias sentimentales con compañías afectivas como la de Romelio Ureta y Manuel Magallanes Moure. En tanto, los Munizaga Ossandón eran enviados con todas las regalías que una familia acomodada de provincia, podía brindar para la formación profesional de sus hijos en la gran capital.

La cercanía y la amistad entre ambos, es de suponer, devino por el evento donde ambos recibieron lo máximos galardones de una fiesta primaveral que llenó las páginas sociales de las importantes revistas nacionales.

En el país de los chilenos olvidados

La historia testimonia que el día 18 de mayo de 1918 en el vapor
“Chiloé”, llega a la ciudad de Punta Arenas, la nueva directora del Liceo de Niñas de la ciudad, Gabriela Mistral. Los diarios de la localidad trasuntan, la sensación de contar en la convivencia diaria, con una mujer, que ya viene con el atributo de ser más que una conocida educadora, una de las más destacadas poetisas del habla hispana. Viene con el nombramiento entregado por el propio Ministro de Instrucción, Pedro Aguirre Cerda. Dicen las crónicas que en esta designación influyó, lo que hoy llamamos “lobby” del doctor Luis Aguirre Cerda, médico residente en la Punta Arenas en aquellos años. Traía dos misiones, nuestra divina maestra …”reorganizar un colegio dividido contra sí mismo y ayudar en la chilenización de un territorio donde el extranjero superabunda”. Al saber de la llegada de Gabriela a Magallanes, Carlos Pereira escribe al director de “ El Ateneo” de Madrid, una carta con una dura reflexión, “A este lugar han relegado los chilenos a su más grande poetisa”. No todos entienden, que ya en aquellos años Magallanes, ha comenzado a conocer los beneficios de la explotación de la tierra, que ya no es la colonia penal de antes.
Será común que la poetisa haga referencia en sus escritos al “país de los chilenos olvidados”, y más de alguno de sus amigos escritores recalque
“ más lejos que ella sólo fueron los muertos”. En uno de los poemas de su libro “ Desolación” aparece aquella conocida sentencia… “ La tierra a la que vine no tiene primavera: tiene su noche larga que cual madre me esconde”.

Difícil será tanto para la recién asumida Directora del Liceo de Niñas de Puta Arenas, Lucila Godoy, como para Julio Munizaga el joven abogado del Banco Yugoslavo, comprender el entorno humano y la estructura social de la sociedad magallánica de aquellos años. Por ello, la educadora agradece a “ un equipo de hombres de cultura que me ayudó a ver y entender los “nudos” del caso magallánico –antártico, zona de dura de vivir, pero materia fascinante para el chileno”.

Un territorio llamado Magallanes

La gran cantidad de literatura revisada, para generar un marco de referencia en el cual se desplazaran los personajes de mi último libro, “ La Rebelión de los Tirapiedras. Puerto Natales 1919” ( Ediciones Universidad de Magallanes 2010), me permite entregar una caracterización de la sociedad magallánica de la segunda década del siglo XX. Brevemente, expongo los “nudos del caso magallánico”, parafraseando a la Mistral”.

ººººº Según el censo de población para el año 1917 Magallanes registraba una población de 25 mil habitantes de los cuales el 46 % eran extranjeros. Los pobladores del “Chile olvidado” vivían en un territorio de 171.438 kilómetros cuadrados. Un cronista de la época lo compara con Uruguay cuya extensión territorial es de 178 mil km2. A partir de las beligerancias que dan inicio a la Primera Guerra Mundial, las exportaciones de lanas, carnes y cueros tienen mercados seguros. Eran precios, jamás soñados por los colonizadores. La mayor parte de las extensiones de terrenos dedicados al pastoreo estaban en manos de las grandes empresas capitalistas de la tierra como lo era el holding Duncan Fox, de nacionalidad inglesa, propietaria de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego.

El transporte de mercaderías y pasajeros desde el norte de Chile por la vía marítima, no era aún asumido por el Estado y estaba mayoritariamente en manos de Braun y Blanchard, que también abastecía a la población a través de grandes establecimientos comerciales. En términos económicos de hoy, se daba un monopolio cruzado, Manuel Chaparro lo denomina “trust comercial”. Del mismo nivel de capacidad económica que Braun y Blanchard estaba la firma Menéndez Behety con tiendas comerciales, minas, estancias , frigoríficos y una linea de 16 barcos para el cabotaje regional y el transporte de carga y pasajeros entre Punta Arenas y Buenos Aires.


La maldita Aduana


Cronistas de la época señalan que uno de los errores del gobierno central de Chile, fue haber instalado en el año 1912 la Aduana en Magallanes. Ello, porque el gobierno chileno, quería detener la gran
cantidad de mercaderías que “forzosamente” debía traerse de Europa por el tráfico marítimo del Estrecho de Magallanes al no existir aún el Canal de Panamá. Con el inicio de la Guerra escasearon los barcos de carga, lo que agravó la subsistencia de la población magallánica. Los habitantes del Chile Austral, presenciaban con cierta incertidumbre y rabia, como las restricciones aduaneras en Chile, traían en la contraparte argentina la mayor de las facilidades en los puertos argentinos de Bahía Blanca al sur. Ante lo cual Manuel Chaparro escribe refiriéndose a las políticas trasandinas :
“ Su preocupación constante es ligar, con una fuerte corriente comercial, a Buenos Aires i Magallanes. En ello le secunda maravillosamente bien la población extranjera del territorio, que tiene muchísimo más simpatía por la Arjentina”.

Para dar una idea de la descapitalización de Magallanes y la partida de inversionistas hacia ciudades de la Patagonia Argentina, baste decir que Braun y Blanchard y la familia Menéndez Behety, aportan para un nuevo giro comercial que se llamará para los habitantes del sur argentino “ La Anónima”, estableciendo en los primeros años de fundación 17 casas comerciales en los pueblos y ciudades del vecino país. A la vez la casa comercial magallánica Stubenrauch, también abrió cuatro sucursales en la Patagonia argentina .

Soberanía por conveniencia

Son los años del término del esfuerzo pionero inicial. Los jefes de los grupos económicos que engrandecieron el territorio magallánico y generaron fuertes inversiones, al decir de un cronista de la época “ viejos , cansados del clima y el aislamiento en que se vive, se han ido a Europa o Buenos Aires, enviando en su reemplazo a sus hijos”. A la observación anterior, Chapparo Ruminot agrega “ Esta clase social, salvo honrosas excepciones, no guardó ningún amor a Chile, la tierra donde se han hecho millonarios”. Pero de esta desafección culpa, el abogado Ruminot, a los gobernantes del poder central en Chile , quienes “ nunca tuvieron una política de acercamiento a los dueños del capital en Magallanes”.

El gobierno de Buenos Aires de aquellos años, tiene una preocupación preferencial hacia personas como José Menéndez. Quien fuera uno de los pioneros en Magallanes; establecido en Buenos Aires, es permanentemente considerado por la autoridades políticas y escuchadas sus opiniones cuando se trata de implementar, de colonizar y poblar la Patagonia. Son los años en que el gobierno vecino, envía peritos a recorrer los territorios tanto argentino como chilenos en la Patagonia. Mientras nuestros funcionarios incompetentes dictan políticas hacia estos territorios, desde Santiago con un mapa sobre el escritorio. Chile jamás tuvo en esos años, personajes como el perito Moreno, Carlos Maria Moyano, Luis Piedra Buena y Silvano Agustín del Castillo. Eran “torcedores de ríos”, “trota-pampas” y “”corredores de hitos” pero imbuidos de una fuerte pertenencia por la integridad territorial de su patria. En Chile la debieron asumir personas venidas de otros confines del mundo.

En cuanto a la cuestión social, las faenas de la ganadería, daban lugar para la llegada de fuerza de trabajo, estratificada por las exigencias del mismo. Los administradores y personal de administración venían desde los países de la corona inglesa. Obreros calificados como caldereros, maquinistas, tripulantes, torneros y mecánicos eran reclutados en la zona central, sobre todo en Concepción y alrededores, pues los barcos pasaban a cargar carbón al puerto Lota. Los trabajos más sacrificados como puesteros, alambradores, mozos de quinta, amansadores y peones llegaban desde Chiloé.

Estaban agrupados los trabajadores en fuertes organizaciones gremiales, puesto que los administradores ingleses, aceptaban sindicatos cohesionados para una mejor discusión de los pliegos de demanda. La relación patronos con obreros era de corte capitalista, una excepción en un Chile, donde predominaban en las relaciones de laborales, el inquilinaje, institución que no había evolucionado de la antigua encomienda, era feudalismo puro.

El Síndrome de la leche condensada


Los salarios no guardaron relación con el costo de la vida, luego de la imposición de la Aduana en Punta Arenas. Chile trata de sustituir importaciones, de manera especial en los productos alimenticios. Subterráneamente comienza a emerger un malestar, que denominaremos el “Síndrome de al Leche Condensada”. Antes de establecerse Aduanas un tarro de la importada costaba 40 centavos; pasó a costar $1 con veinte pesos. Aparecen voces argumentando que además de cara , el tarro de leche condensada nacional, deja mucho que desear respecto al producto extranjero, en un territorio donde no hay animales que entreguen leche por el frio; en Magallanes donde a las mamás, argumentan, por el mismo factor climático se les corta la lecha a los tres meses. Lo anterior está repercutiendo en la salud de los niños, denuncian los detractores de la medida centralista gubernamental, “ puede observarse un enorme número de párvulos atacados de raquitismo, con sus huesos torcidos y sus columnas vertebrales desviadas”.

Recambio y liderazgo

Es el Magallanes que recibe a Gabriela Mistral y Julio Munizaga. Su aporte futuro será preciado y apreciado en los grupos, donde los temas precitados preocupan. Se trata de un estrato emergente llegado a Magallanes y que está dispuesto a asumir una mayor presencia y liderazgo social, ante la partida de los grupos ligados al gran capital. En su mayoría son profesionales liberales ( abogados, médicos, docentes, empleados públicos calificados, ingenieros); cuyo ingreso no dependerá de los afanes monopolizadores y de hegemonía de las grandes sociedades de la tierra.

No hay que ser capcioso para darse cuenta que la recepción a Gabriela Mistral, con motivo de su llegada a la ciudad, sea tomado por este grupo emergente como una ceremonia de reafirmación de su identidad como grupo. Asiste el Gobernador Contreras, el juez Carlos Cerveró, el notario público Jorge Matta, los directores de los diarios locales Camilo Feliú, Gregorio Iriarte, Eduardo Cienfuegos y Manuel Zorrilla. El jefe de laboratorios Marcos Davison. Los médicos Aguirre Cerda, Munizaga, Dodds y Mateo Bencur entre otros. Los abogados Anguita, Munizaga Chapparo Ruminot, Burr y Anabalon. Los agentes de los bancos. Además de respetados ciudadanos como Juan Bautista Contardi, Manuel Iglesias, Luis Alberto Barrera, Lucas Bonacic, Guillermo Grace, Gilberto Alessandri, Carlos Foresti, Luis Correa, entre los más identificables.

El recibimiento es en los amplios salones del Hotel Cosmos y asiste Gabriela Mistral con las profesoras que han venido con ella del norte. La excepción será Rodolfo Stubenrauch, por aquel entonces Alcalde de Punta arenas. Ello, reafirma que este personero era un poco díscolo, al no confraternizar mucho con los de su estrato, talvez contrariado por aquello de las listas negras, impuestas por las firmas inglesas a los ciudadanos de nacionalidad teutona.

En el mes de mayo de 1919 aparecerá la revista “Mireya”, esfuerzo fundamental de Munizaga y la Mistral. En ella aparecerán colaboraciones de poetas y prosistas de jerarquía latinoamericana como Amado Nervo, Juana de Ibarbouru, Ramón del Valle Inclan, Angel Cruchaga Santa Maria, Alfonsina Storni. Eran colaboraciones espontáneas hechas llegar por estos intelectuales a esta revista del austro. Además la revista contaba con la colaboracion de los locales: doctor Dodds, Carlos Anabalón y Juan Bautista Contardi.


Gabriela Mistral, como directora del Liceo de Niñas, abre el liceo a las mujeres dueñas de casa que van a una Escuela Nocturna. Después del Silabario se sentaba rodeada por sus alumnas para hablar de lo que ella llama “conversación”, clases lo más alejada de la pedagogía pura. A juicio de Gabriela “ Fue allí donde yo toqué al pueblo magallánico y Patagonia. Podía haber vivido diez años sin contacto con él; el corte entre las clases sociales era allí grande y vertical”. Dejando un legado pedagógico significativo, parte de Punta Arenas, para hacerse cargo de la dirección del Liceo de Niñas de Temuco en marzo de 1920.


El barco cárcel


La sensibilidad profesional de Julio Munizaga Ossandón se manifiesta en circunstancias dramáticas. El día 23 de enero de 1919, se produce en Puerto Natales un fuerte enfrentamiento entre carabineros con obreros en huelga de los campos y frigoríficos del lugar. El resultado, fue de 10 muertos, seis dirigentes sindicales y cuatro carabineros. Debido a los problemas de información, a la capital del territorio llegaban noticias dramáticas de la vecina localidad chilena.

El día doce de febrero de ese año 1919, llega a Punta Arenas el vapor “Alejandro”, y a bordo el juez instructor de la causa, Oscar Miranda Aguirre, quien había llamado a declarar a los sospechosos de haber tenido participación activa en los sucesos. En las bodegas de la embarcación vienen los detenidos y encausados por homicidios, incendio, sedición, lesiones y desacato a la autoridad constituida. Se les acusa de desobediencia por haber tomado bajo control la ciudad de Puerto Natales. La federación obrera busca abogados del foro para defender a los inculpados que suman 29 personas. Tarea difícil, pues la mayoría de los profesionales abogados, tienen relaciones cercanas con los propietarios de la tierra. Al iniciarse la defensa, hay sólo un profesional que se compromete con la defensa, él es Julio Munizaga Ossandón.

El proceso se arrastrará hasta marzo de 1923, cuando los últimos inculpados recuperan su libertad, sin cargos. La larga estadía en la cárcel puntarenense se debe a la desidia de los jueces, junto a las presiones de las empresas de la tierra, pidiendo penas severas, dirigidas a servir de escarmiento a quienes pretendiesen en el futuro soliviantar el orden.

Muchos de los acusados estando en el recinto carcelario, enfermarán de tuberculosis. En el libro “La Rebelión de los Tirapiedras. Puerto Natales 1919” ( Universidad de Magallanes 2010), ha quedado el registro de las atribulaciones de reos y defensores en el proceso. Jamás, deja de estar presente el alegato fundamentado de Munizaga y sus colaboradores. Dos de los detenidos mueren en el transcurso del proceso por la grave enfermedad pulmonar.

A mediados de 1923, Julio Munizaga, por recomendación médica, viaja al centro del país a buscar mejores condiciones climáticas. Mostraba signos evidentes de afección en sus pulmones. En noviembre de 1924 deja de existir ante la sorpresa, en especial de los círculos literarios, quienes se referían a Julio Munizaga Ossandón, como uno de los poetas de mayor proyección en el firmamento de las letras nacionales. Un crítico literario, se refiere a la ambivalencia de esos años, para el quehacer de la poesía chilena… “Murió Julio Munizaga en noviembre. A comienzos del mismo año había muerto el gran Manuel Magallanes Moure. En 1922 aparece el libro inicial y más significativo de Gabriela Mistral, “ Desolación”. Ya Vicente Huidobro ha dado amplia prueba de su genialidad poética. Neruda irrumpe en 1923 con “Crepusculario”. Es una época que concluye y otra que nace”.






miércoles, 18 de enero de 2012

EL GENOCIDIO DE LAS ESTANCIAS ARGENTINAS DEL AÑO 1921




LOS MUERTOS LOS COLOCAMOS NOSOTROS


Ramón Arriagada
Sociólogo y escritor
Residente en Puerto Natales
Patagonia = Chile


En el reciente mes de diciembre se cumplieron noventa años de los hechos sangrientos, que se sucedieron para aplastar la rebelión de los peones en las estancias argentinas de Santa Cruz y el Chubut en noviembre y diciembre de 1921. La investigación histórica, aún no logra precisar la cantidad de muertos en su mayoría por fusilamientos masivos. Pero los registros oficiales de los partes militares argentinos, estiman en más de mil los civiles ejecutados, todos ellos huelguistas, inmiscuidos en un paro para pedir mejoras en su condición de trabajadores de las estancias argentinas de la Patagonia.

Para ser ilustrativos digamos que por aquellos años ( 1921), se habían consolidado tanto en los territorios de la Patagonia chilena como argentina, grandes empresas propietarias de la tierra. Los límites entre ambos países estaban al arbitrio a los intereses económicos de los consorcios ganaderos. En Chile la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego, gracias a concesiones de tierras otorgadas desde el poder central, contaba con un millón cuatrocientas mil hectáreas. Por esos años, el auge de los frigoríficos chilenos, en especial los dos de Puerto Natales, se justificaba por el faenamiento de los animales provenientes de las estancias de Santa Cruz.

ECONOMIA DE GUERRA

Luego de terminada la Primera Guerra Mundial y las instancias de una depresión económica generalizada, hacían insostenibles las contabilidades de las grandes empresas, otrora importantes exportadoras de carnes y lanas a Europa. La contradicción entre capital y trabajo se tensaron. De ahí los sucesos de Bories y Puerto Natales (23 de enero de 1919), el incendio de la Central Obrera de Punta Arenas (Julio-1920) y el aplastamiento de la revuelta en la Patagonia argentina ( noviembre y diciembre 1921).

El movimiento reivindicativo que se inicia el 5 de noviembre de 1921 en las estancias de Santa Cruz y Chubut, por mejores condiciones de salarios, tendrá como respuesta una durísima oposición del gobierno y las compañías de la tierra, que lo consideran impresentable y extemporáneo, teniendo en cuenta las dificultades en los mercados internacionales. La reacción de la Federación Obrera de Río Gallegos será paralizar todas estancias con tomas de instalaciones y rehenes entre los administradores y personal de confianza de los estancieros.

El DECIMO DE CABALLERÍA

Los militares de Chile y Argentina afianzan sus relaciones prestándose colaboración en el control de movimientos de sublevados. De esto da cuenta el diario “ La Unión” de Punta Arenas en su edición del 12 de noviembre de 1921; el titular de ese día destaca
“ Los Sucesos de Santa Cruz. Se cierra la frontera chileno-argentina. Medidas militares de precaución”. Luego la crónica se refiere a que las tropas desembarcadas en el territorio de Santa Cruz toman medidas precautorias de urgencia contra la subversión, entre ellas está cerrar la frontera con Chile “en forma que a ningún civil se le permitirá ni entrar ni salir del país”.

El mismo “La Unión”, proclive a los sectores ganaderos, por aquellos días demuestra tener muy buena información sobre las tropas argentinas, del Décimo de Caballería, que traídas de Buenos Aires, desembarcan en Punta Loyola subrepticiamente sin ser conocido su arribo por la población cercana de Río Gallegos. El objetivo inmediato de las tropas, dirigidas por el teniente coronel Héctor Varela y su ayudante capitán Viñas Ibarra, es terminar con la ocupación de las estancias cercanas al límite con Chile: Buitreras, Rincón de los Morros, Fuentes del Coyle, Glencross, Punta Alta y Rospentek.

La dispersión de los peones, ante el poder de fuego del ejército argentino, fue completa. Un oficial persiguiendo huelguistas ha llegado a la frontera “poniéndose al habla con los carabineros y el Batallón Magallanes, pidiéndoles a estos puedan resguardar las fronteras con el fin de impedir que los sublevados pasen a territorio chileno, pues piensan que conseguirán capturarlos” ( “ La Unión”.P. Arenas 15.11.21)

En Fuentes del Coyle, sector argentino, el ejército de Varela dispara contra doscientos peones allí reunidos, sin siquiera parlamentar, ahí caen los primeros muertos y son muchos los heridos. El diario “ El Magallanes” de fecha 17 de noviembre informa, “después de verificado este encuentro, los huelguistas huyeron en dirección a Río Tranquilo en territorio chileno, situado a pocas leguas de Puerto Bories”. En la lógica de estar recibiendo una invasión de subversivos, el mando militar chileno integrado por el teniente (E) Villablanca, el capitán Robles de Carabineros y el mayor Valencia del Batallón Magallanes, deciden reforzar el lugar por donde llegarían los fugitivos. No hay constancia de detenciones en el sector. Es posible sean estos los primeros prisioneros devueltos a territorio argentino.

EL TELEGRAMA ABRE FRONTERAS

El teniente coronel, Héctor Benigno Varela, al observar que la colaboración de los uniformados chilenos prometía ser buena, se da el gusto de solicitar a la Gobernación del territorio de Magallanes la posibilidad de poder ingresar a territorio en su tarea de aniquilamiento. Le interesa de sobremanera, eludir la zona boscosa entre Rospentek y Cancha Carrera y avanzar rápidamente hacia el Lago Argentino (Calafate) por territorio nuestro. En dicho sector, específicamente Estancia Anita, le han informado, hay una gran concentración de peones en ocupación, dirigidos por Antonio Soto Canalejo, junto a “Otto” un alemán anarquista y al chileno Pablo Schulz ( un joven puntarenense).

El diario “El Magallanes”, que cada vez va tomando mayor protagonismo respecto de los sucesos en la frontera, ironiza respecto a las pretensiones del oficial argentino. Asegura, que el trámite legal deberá ir al parlamento, por lo tanto, “el permiso va a llegar cuando los huelguistas estén en Buenos Aires o habrán sido muertos por sus seguidores”(El Magallanes, 15.11.1921).

Al reconstruir los hechos nos hemos encontrado en los archivos del Ministerio del Interior de Chile, con un telegrama, fechado el 16 de noviembre de 1921, donde el ministro Tocornal le dice al Gobernador de Magallanes que, “Puede usted permitir el paso por el territorio chileno de la tropa del Ejército Argentino que ha solicitado a usted el teniente coronel Varela, jefe fuerza argentina en el territorio de Santa Cruz”.

EL MAYOR DE LOS GENOCIDIOS

El astuto reportero de “ El Magallanes”, a cargo de las noticias candentes de la frontera, entrega una nota magistral, llevaba por título “ Conversando con un viajero”. El informante un ciudadano natalino le dice “saber de que algunos obreros, talvez unos seis, que habían logrado atravesar la frontera, fueron detenidos por los carabineros y entregados a la policía argentina, agregando que estima que estos fueron llevados a Gallegos, desde donde eran reclamados por las autoridades argentinas” (El Magallanes, 6.12.1921)

El rumor se transformaba en un hecho comprobable. El sentir público, bastante reacio a preocuparse de la situación en las estancias argentinas cercanas, reprobó la colaboración de los uniformados chilenos, pues quienes venían huyendo eran compatriotas que hasta entonces se empleaban en el país vecino por la falta de oportunidades en Chile. Fue tal impacto de la acción denunciada, que el Gobernador Interino y Comandante General de Armas de Magallanes, dice desconocer lo denunciado, pero es categórico en afirmar que cuando envió tropas hacia la frontera sus hombres llevaban una orden escrita donde se especificaba “ que procediendo conforme a las leyes y disposiciones pertinentes, dejarán el paso libre a todos los chilenos, en cualquier situación que ellos vinieran”.


Hace noventa años, compatriotas nuestros cavaron sus propias fosas en territorio extranjero y esperaron pacientemente al pelotón de fusileros. Los testimonios están bajo tierra en Fuentes del Coyle, Punta Alta, Estancia Anita, Bellavista y Cañadón de los Muertos en territorio argentino. Imposibilitados de buscar protección en su propia patria son un testimonio histórico de lecciones no aprendidas por el centralismo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

SER VIEJO EN CHILE

Hoy en la tarde, mi padre fue a visitar junto con mi hijo, a un matrimonio de viejitos amigos de él. Yo los conocía, pero la última vez que los había visto había sido hace más de 10 años.
Cuando llegamos, nos atendió ella. La casa tiene la decoración de gente que no tiene para hecer arreglos, ya que no pueden ir a Falabella o a otra tienda a comprar, porque tienen que hacer rendir la plata de lo que vendieron o reciben de jubilación. El olor de las casas de los viejos es muy particular, porque es el mismo en todas. Los muebles que ellos conservan son de épocas pasadas, pero no son de madera rústica o vintage, tan de moda hoy en día.
El marido de la señora había cambiado mucho. Apenas caminaba y usaba una muleta. Para más remate un accidente vascular lo dejó con secuelas en el cerebro, por lo que sumado a un leve Alzheimer, empeora las cosas.
Yo lo recordaba a él, un viejo yugoslavo alto y fuerte, con un acento que sólo se escucha acá en Magallanes y a su camión azul. El había trasportado mercaderías desde Punta Arenas a Natales desde la década del 40 hasta cerca del año 2000.
No me impresionó verlo tan mal, porque la escena la he visto innumerables veces.
Luego de despedirnos, mi papá me dijo : "estaban contentos los viejos, porque después de todo, ¿quién más creís que vienen a verlos?...
Esa es la realidad de llegar a viejo, más encima, pobre, en Chile.
Nuestra sociedad que se supone tan desarrollada, nos ha enseñado desde la cuna a despreciar al viejo. Después de todos los viejos son feos, hediondos y no tienen nada interesante que contar. Mucha gente cree que la hace de oro al decirle "abuelitos". Muchos de ellos, como el matrimonio al cual me refería, no tuvieron hijos, lo que agrava el problema.
Otros que si tuvieron la suerte de tener hijos, tienen al menos la posibilidad que se preocupen un poco por ellos. Ahí vienen otros dramas, como los viejos postrados o con problemas mentales, que en muchos casos, son cuidados por sus hijos o yernos o nueras. Como dice una persona de 60 años -que todavía tiene a sus padres vivos -no ha disfrutado de su vida, porque se casó a los 22 años y ahora con 60, donde se supone que tiene que disfrutar su vida con su señora, no puede, porque tiene que estar preocupado de sus viejos.
Hace días estaba revisando mi jubilación, y según el famoso "número", tengo que juntar $200.000.000 para tener una jubilación más o menos digna, es decir, tendría que depositar todos los meses de aquí hasta el retiro, una montaña de plata, para que los señores de la AFP, rindan pérdidas por los próximos 30 años. Es decir, voy a ser viejo pobre.
Es por eso que me sentí más miserable al saber lo que viene en los próximos 40 años.
Una de las discusiones que estos días, es la indefención de la clase media. Claro, el sistema obliga a que uno junte sólo su leña para pasar el invierno, y el estado haga de soporte, en salud y otras cosas, pero la realidad dice otra cosa.
Me sentí miserable al recordar cuántas veces no traté bien a viejos o a mis propios abuelos. Cúantas veces no los fui a ver, siendo que ellos quizá me necesitaban.
Llegar a viejo y más encima pobre en Chile es la peor desgracia, porque el 80% de la población estamos condenados a eso, a vivir el ocaso de nuestras vidas en la más absoluta miseria, indefención y soledad.